Y llegó finalmente la segunda edición de los relatos cortos. Os recordaré las normas:
1.- El relato empezará con las tres últimas palabras del relato ganador de la semana anterior
2.- No podrá superar las 150 palabras.
3.- Deberá respetar las mínimas normas de educación.
El relato ganador de la semana pasada fue el de Sofie, aquí os lo dejo nuevamente y recordad que el nuevo relato deberá empezar con sus tres últimas palabras.
Fugaz primera vez, que dificil es no sentirte caminar dentro de mis pensamientos, insistes como si se tratara de un desfile.Sin embargo, me he propuesto reordenar mis sentimientos y pasarte -sin aceptar ofertas- a la seccion olvido, insisto una y otra vez, olvido que te olvido, y todo empieza nuevamente: luces de medianoche, caminar sin contar los pasos, saltarme los semàforos...buscar fuera lo que dentro no consigo: no esperar màs ver tu nombre en mi puerta y no imaginar comienzos a historias de algo que jamàs he vivido.
Buena suerte
1.- El relato empezará con las tres últimas palabras del relato ganador de la semana anterior
2.- No podrá superar las 150 palabras.
3.- Deberá respetar las mínimas normas de educación.
El relato ganador de la semana pasada fue el de Sofie, aquí os lo dejo nuevamente y recordad que el nuevo relato deberá empezar con sus tres últimas palabras.
Fugaz primera vez, que dificil es no sentirte caminar dentro de mis pensamientos, insistes como si se tratara de un desfile.Sin embargo, me he propuesto reordenar mis sentimientos y pasarte -sin aceptar ofertas- a la seccion olvido, insisto una y otra vez, olvido que te olvido, y todo empieza nuevamente: luces de medianoche, caminar sin contar los pasos, saltarme los semàforos...buscar fuera lo que dentro no consigo: no esperar màs ver tu nombre en mi puerta y no imaginar comienzos a historias de algo que jamàs he vivido.
Buena suerte
Jamás he vivido una situación así, el olor a queroseno, humo y carne humana chamuscada, junto al ensordecedor grito de una mujer a mi lado, me hizo volver a la realidad. Me sentí aterrado. Traté de ponerme en pie pero no pude, miré mis piernas, un hombre de gris las apretaba con un abrigo cuando llegó una ambulancia. A lo lejos escuché..."no llegamos a aterrizar, el motor explotó antes de...", entonces, me dormí.
ResponderEliminarJamás he vivido lo que abruptamente me está pasando. Veo una larga cola de luces rojas delante de mis ojos, me paro intermitentemente, mi cuerpo oscila atrás y adelante como en una mecedora infernal. Los ruidos son insoportables, mi mente no procesa esta situación absurda, mientras bocas a mi alrededor esbozan sonrisas para mi incomprensibles. Horas interminables hacia una nada que con periodicidad inaguantable me laceran... pienso si será real lo que vivo o si será parte de un proceso kafkiano que escapa a mi entendimiento...
ResponderEliminarDe pronto me doy cuenta, sí, es real... estoy en un atasco de Madrid...
Jamás he vivido, jamás he muerto, tan solo en estas ciento cincuenta palabras asíncronas, atemporales, abstractas. El viejo cuestionamiento, ¿ ser o no ser ?, intima respuesta que no hace mas que abrir la caja y ver finalmente que paso con el gato de Schrödinger, superposición cuántica, inmortalidad cuántica, a pesar de todo, siempre existirá el que gatilla el destino , desencadenado así todo de nuevo. En este túnel, lúgubre, al final de los ciclos, encuentro una torrencial lluvia, la cual superpone otra desconcertante pregunta… ¿de qué puedo estar seguro?...la profunda respuesta… Pienso, luego existo…La nausea inmortal genera como siempre mas preguntas ¿ para que ?.
ResponderEliminarEs donde toma sentido, lo abstracto se torna conceptual,
colapsa la función de onda y se convierte en estas ciento cincuenta palabras, leer o no leer, fugaz primera vez, que nunca he vivido, sin embargo recuerdo…