El domingo votó casi un 46% del electorado. Si bien la cifra fue superior a la esperada, es un dato desalentador, aunque si profundizamos un poco más en la cifra en cuestión, el dato se hace bastante "desesperante".
Un 46% de participación supone:
- Que 54 de cada 100 ciudadanos no han votado a ningún partido político.
- Que 82 de cada 100 ciudadanos no han votado al PSOE.
- Que 80 de cada 100 ciudadanos no han votado al PP
Estos datos, y ya que ayer fue mi día de reflexión y autocrítica, nos hacen sacar varias conclusiones:
1.- ¿De que hablan los políticos de los principales partidos políticos de este país que consiguen estos ridículos datos de participación?.
2.- Cuando dicen que la política está al servicio de la ciudadanía y cuando hablan de que representan a la mayoría de los ciudadanos del país, ¿a qué ciudadanos se refieren?, ¿cómo se atreven a decir que representan a una mayoría?
3.- O se ponen las pilas (PP, PSOE...) o van a conseguir que nadie crea en la política, y así empezó la decadencia del senado romano, con corrupción y falta de confianza ciudadana.
4.- Los "grandes" políticos de "despacho", al menos en el PSOE tienen que dejar la "silla" y recuperar la calle, los barrios, los teatros, los Forum, las reuniones 2.0, así y solo así recuperarán la confianza de la izquierda nuevamente.
5.- Las campañas electorales deben volver a ser lo que fueron en su día, campañas de captación de votos, no de autoloa y autocomplacencia.
6.- La política de confrontación solo sirve para aquellos que se mueven bien en esos términos, la izquierda es mucho más que eso, la izquierda es progreso, cultura, ciencia y bienestar social, y en eso se tiene que basar su política y así tienen que volver a ilusionarnos.
7.- Hay mucho, muchísimo trabajo por delante, desde lo más arriba (Zapatero, Pajín, Blanco...), hasta la base militante, hasta el último afiliado, ahí se ganan los votos, con trabajo, pasión, ideas, proyectos, ilusiones y, sobre todo, con humildad y autocrítica (el PSOE no solo perdió las elecciones por la crisis como dijo Leire Pajín, las perdió porque no fue capaz de ilusionar a sus votantes, y mucho menos a los indecisos claro, ahí se perdieron las elecciones)
Así pués, con todo esto por delante no puedo más que expresar que nuestros políticos tienen que hacer un giro radical en las formas de trabajar y en las formas de expresarse. La confrontación tiene que quedar para los medios de comunicación y los políticos tienen que dedicar todos sus esfuerzos al trabajo por y para el ciudadano para que los ridículos datos que di al principio de mi post no se vuelvan a repetir jamás.
Podría definir con una palabra todo el trabajo que queda por delante: ILUSIÓN!!!
Y lo más terrible es que se deja el espacio abierto para que acceda la ultraderecha a las instituciones.
ResponderEliminarLa humanidad no aprende de su propia historia: cuando aconteció la otra gran crisis económica, la del 29, subió el nazismo y el fascismo al poder, cosa que ahora se empieza a entrever. Pareciera que todo el mundo espera que llegue un "salvador" de las esencias...
Si ahora que se ha demostrado que el ultraliberalismo ha llevado al mundo a una crisis económica y de valores extrema, con su avaricia sin medida y su desprecio a las personas, la izquierda no es capaz de aglutinar el descontento, sino todo lo contrario, echar en brazos de los verdugos la suerte del futuro, el grado de desesperanza de los que no tenemos a quien votar se transforma en abstención y desinterés.
No todos los políticos son iguales. Pero esa es la idea que la ultraderecha hace calar como la gota malaya y la desinformación generalizada de la ciudadanía hace el resto.